Alimentación saludable para opositores.

Los 4 mantras para cambiar tu alimentación y dar lo máximo en las oposiciones


¿Sientes que necesitas una siesta después del almuerzo? ¿picas «lo que sea» entre comidas?  ¿tu energía sufre altibajos?

El día a día de un opositor no es fácil: madrugar, trabajar si lo haces), estudiar eso sí que es un trabajo…), trasnochar a causa de los estudios, asistir a la academia o preparador.

Estás envuelta en un continuo vaivén que hace que tu energía se difumine los ladrones de energía. Nuestro foco y nuestra energía deben estar juntos y debes intentar dar el máximo cada momento y lo que es más difícil: sostenido en un periodo de uno o varios años. Uno de los factores que considero más importantes para mantener nuestro nivel es la alimentación.

En este artículo os explicaré los cuatro mantras que Ana Moreno autora de libros como Flexivegetarianos y directora de la escuela de cocina Ana Moreno nos explica en sus libros y queda muy bien resumido el vídeo al final del artículo.

Vamos con las cuatro claves que harán que tu dieta cambie y tu vitalidad también, en consecuencia, si aplicas estas reglas de oro para elegir lo que comes.

1. El mejor alimento es aquel cuyos nutrientes se integra en el organismo a menor coste


¿Recuerdas la última comida de navidad en casa de alún familiar? ¿esa sensación de pesadez y cansancio? ¿Te sentías más pesado que un elefante en las pestañas?

Esa sensación de necesitar echar una siesta tras una comida copiosa, es debido a que nuestra energía está centrada en nuestro proceso de digestión, más concretamente en nuestro aparato digestivo.

Cuanto mayor energía necesito para digerir, menos tengo para concentrarme, repasar, memorizar o leer. Mi mente estará más dispersa si una gran parte de mi sangre está en el aparato digestivo. Los alimentos con menos agua necesitan más energía para digerir: carne, pescado…

Las malas combinaciones también son complicadas, como por ejemplo el arroz y la carne, si vas a comer alguno de estos dos alimentos acompáñalos con verduras, arroz con verduras y carne con ensalada. Así nuestro cuerpo necesita menos esfuerzo para integrar sus nutrientes en nuestro organismo.

Las golosinas u otros alimentos con tóxicos también requieren de más energía en su digestión, y la energía debe estar en la cabeza.

Hace  unos años comencé a ir al gimnasio, recuerdo que cambié mi alimentación: por la mañana tortilla de claras de huevo con avena, por la tarde avena, a media mañana arroz con atún… Imagina, a la hora del recreo tomarte una fiambrera de arroz cocido y dos latas de atún, me pasaba la media hora engullendo como un poseso ¿y después? estaba más flojo que el muelle de guita.

Recuerdo intentar pasar ese trance, un buen rato en la que toda mi energía estaba concentrada en la zona del estómago, como buenamente podía. Obviamente era muy difícil estar activo y tener claridad de pensamiento.

Herramienta

  • Combina bien los alimentos: aplica la teoría de los reyes y los siervos de Ana Moreno: si tienes que comer patatas, legumbres, carnes, pescado o fruta, intenta no hacerlo juntos y mézclalos con verduras, hortalizas o aceite de oliva así el gasto metabólico será menor y tus digestiones lo agradecerán.
  • Prevé tus  snacks. Si entre comidas tu alimentación depende del impulso y de satisfacer el hambre comprando algo en una máquina expendedora de chocolatinas o patatas, mal vamos, estarás más perdida que un pulpo en un garaje.

Provee tu despensa de frutas y frutos secos de temporada, antes de salir de casa échalos en la mochila, así si vas a pasar toda la tarde en la sala de estudio, entre el almuerzo y la cena vas a tener hambre, un puñado de frutos secos o una buena manzana van a ser los aliados perfectos para saciarte y darte ese aporte de energía para mantenernos activos durante el estudio.

2. «Si puede crecer, cómetelo»

«If it grow, eat it» Louise Hay, autora de libros como Pensamientos y alimentos (Técnicas corporales). Esta afirmación de la autora de Usted puede sanar su vida
nos habla sobre los alimentos vivos, que son aquellos que está aportando vida a nuestro organismo.

Por el contrario, los alimentos muertos, son aquellos que no pueden generar vida: carnes y pescado, con alteraciones artificiales, los cereales refinados, los sometidos a microondas, margarinas industriales con aceites hidrogenados.

Los alimentos muertos aumentan la flora intestinal putrefactiva  no la fermentativa que es la buena, así es más fácil enfermar. Estamos hablando de fiambres, bollería industrial, dulces, snacks de patatas. Pocos nutrientes vamos a sacar de estas comidas, aunque es lo más fácil de conseguir, ¿verdad?

Recuerdo las veces que iba a estudiar a la sala de estudio que está abierta 24/7, como dicen en Estados Unidos, todos los días del año, las 24h, allí en el edificio Galileo del Campus del Carmen de la Universidad de Huelva. Salía de la sala de estudio con ganas de darme un respiro y con el estómago vacío y más hambre que un perro chico, lo que tenía más a mano era la máquina expendedora de chucherías, allá que iba a sacar algún dulce, paquete de chuchería o patatas. En ese momento estaba más contento que una lagartija al sol, pero era algo fugaz, ese instante de placer luego pasaba, volvía a estar igual o peor que antes y lo que es peor, no estaba aportando los nutrientes que mis células requerían y al poco rato volvía a sentir hambre.

Herramienta

«Si puede crecer, cómetelo». Louise Hay, autora de Pensamientos y alimentos, entre otros,  habla en su libro de los alimentos vivos, que pueden generar vida

¿Qué alimentos  que conoces pueden generar vida o crecer?

Frutas, semillas o germinados son alimentos que tienen la capacidad de crecer, de dar vida. Por ejemplo, si una lenteja la ponemos en remojo activará los nutrientes que tiene dentro, si la dejamos húmeda durante uno o dos días la hallaremos con raíz y tendremos una legumbre germinada lista para echar a una ensalada, a eso lo llamamos germinados, es un alimento vivo. Los germinados pueden aportarnos gran cantidad de nutrientes.

3. Dejen salir para poder entrar


Primero elimina los alimentos no tan buenos de tu dieta y después introduce los alimentos saludables. Los alimentos perjudiciales, a largo plazo, pueden ser los cereales y las harinas refinadas, la leche de vaca, el azúcar, la sal refinada o el café.

Hay alimentos que actúan como antinutrientes: el azúcar o la leche de vaca que utiliza reserva de calcio para ser metabolizado. Si me alimento de antinutrientes, nuestras células nos van a requerir más nutrientes en forma de hambre, tendremos apetito antes.

¡Ojo! No quitar de golpe, se puede crear malestar en tu cuerpo y no se puede mantener en el tiempo. No quiero que comiences a tener ansiedad y que te distraigas de tu objetivo. Hay que hacer las cosas por amor, por voluntad propia y no por miedo o temor.

Herramienta para eliminar ciertos alimentos

Sustituye por otros que sean beneficiosos.

  • El azúcar se puede sustituir por algún endulzante natural como el sirope de arce o la estevia.
  • El café que nos aporta una falsa energía y que nos deja peor de lo que estábamos antes de tomarlo, se puede sustituir por achicoria.
  • La leche, que tiene un gran contenido en grasa y que está desnaturalizada debido a los procesos por los que pasa para llegar en condiciones óptimas a nuestras casas, se puede sustituir por alguna leche vegetal como puede serla de avena, que me encanta, almendra o de coco.
  • Los cereales refinados se pueden sustituir por otros como la avena, la quinoa, el arroz integral o el mijola lista de la compra del opositor sano
  • La sal refinada se puede cambiar por la sal marina.

En mi caso, me gusta mucho desayunar leche de avena con avena, se mezcla la avena con la leche caliente o fría y está buenísima, es la versión mejorada del cacao con copos de cereal, le quitamos los azúcares añadidos, las harinas refinadas, la lactosa, las grasas de la leche… Cada alimento poco saludable tiene su versión sana, cambia a mejor, tu cuerpo y mente lo agradecerán.

4. No todo lo que comes te nutre


Como diría cualquier persona mayor: esto ya no es lo que era… Las tablas  de nutrientes están obsoletas porque nuestros alimentos ya no son iguales, los alimentos han cambiado, como por ejemplo los animales que son medicados y engordados que antes eran criados de otra forma más natural, los vegetales transgénicos, algunos peces que antes tenían un crecimiento en su medio natural, ahora llegan a nuestro plato depués de haber engordado en una piscifactoría.

Hace unos años, un cardiólogo de los Estados Unidos, William Davis, tuvo la sospecha de que el trigo que consumimos actualmente, el trigo transgénico, era perjudicial para la salud. Tras probar los beneficios de eliminar ese alimento de su dieta, aconsejó lo mismo a sus pacientes. Observó así unos resultados que realmente le sorprendieron: la  obesidad, los altos niveles de azúcar en sangre y algunas enfermedades intestinales habían desaparecido. El posterior estudio que realizó, corroboró su pensamiento inicial, el actual trigo transgénico tiene un alto índice glucémico que no beneficia, para nada, nuestra salud. Todo esto quedó plasmado en la publicación de su libro «Wheat belly» que pronto estuvo en la lista del New York Times entre los más vendidos.

Ingestión no es igual a absorción. Como has leído antes, el índice glucémico que es la medida de la cantidad de glucemia que hay en la sangre después de ingerir un alimento, es muy importante. Cuando el índice de glucemia alcanza unos valores demasiado altos, hace que nuestro cuerpo desequilibre, el páncreas lo sufre y es, también, una sensación adictiva. Después necesitamos ese dulce, esa pizza o esa tarrina de helado para volver a crear ese estado de ánimo. Lo procesado del alimento y refinado suben el índice glucémico. No conviene comer platos con alto índice glucémico.

Herramienta para combatir el alto índice glucémico

Si vas a consumir un alimento con un índice glucémico más alto que Pau Gasol de puntillas, intenta acompañarlo con otro que lo tenga bajo como las verduras, aquellos que tienen alto contenido en fibra y algunas frutas.

Conclusión

Debemos tener una alimentación consciente, que sume y que no reste, que nos permita estar llenos de vigor y no realizando digestiones pesadas (cual anaconda tras devorar a ciervo adulto), que te permita estar focalizada en tu objetivo y no con continuos cambios en tu estado de ánimo y de energía.

Estos cuatro elementos que hemos tratado pueden irse incorporando poco a poco en nuestro día a día, sin cambios bruscos y siempre siempre siendo conscientes de los beneficios y perjuicios de lo que comemos, porque esto tiene mucha importancia en nuestro rendimiento y a la larga puede ser determinante para sacar la plaza.

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PD: aquí tienes el vídeo de Ana Moreno del que hablo durante el artículo.


3 comentarios en “Los 4 mantras para cambiar tu alimentación y dar lo máximo en las oposiciones”

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